La novedad no es siempre la mejor opción

La autorización de los nuevos medicamentos se regula en España a través de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), en Estados Unidos por la Food and Drug Administration (FDA), o a nivel europeo por la European Medicines Agency (EMA) . Las nuevas autorizaciones vienen precedidas de una evaluación del fármaco en base a criterios de eficacia toxicidad, conveniencia y coste a partir de los datos observados en los estudios clínicos.
En los últimos años han aumentado los fármacos autorizados mediante procedimientos de aprobación acelerada, o aquellos que son designados como medicamentos huérfanos; y por lo general, cada vez más con un elevado precio de salida. En estas circunstancias, muchas agencias reguladoras de distintos países de Europa, Canadá, Gran Bretaña o Australia han adoptado estrategias de evaluación centralizada para mejorar la evaluación de estos fármacos, emitir recomendaciones y contribuir a la negociación de su precio.
En Estados Unidos tienen un régimen regulatorio más laxo y hasta ahora no se disponía de un sistema centralizado con este tipo de evaluaciones. Esto comporta que muchos de los nuevos medicamentos aprobados por la FDA no dispongan de datos suficientes de eficacia o toxicidad y presenten elevados precios de venta.


El estudio de Pham C et al , comparó las decisiones regulatorias de los fármacos autorizados por la FDA con las de la EMA, la agencia canadiense, la británica y la australiana entre 2017 y 2020. Los resultados mostraron que de los 206 medicamentos aprobados por la FDA en este período, 162 (78%) habían recibido autorización para ser comercializados como mínimo por una de las agencias anteriormente mencionadas. En 42 (30%) de éstos, se emitieron recomendaciones negativas sobre su beneficio clínico y por unos costes inaceptablemente elevados. De los 44 fármacos que no recibieron autorización en ninguna de las 4 agencias incluidas en el análisis, en 5 fue denegada por resultados negativos en la evaluación del balance beneficio-riesgo. La mediana de los costes estimados de los 42 fármacos autorizados por la FDA que recibieron un posicionamiento negativo del resto de agencias fue de 123.432$ por paciente/año de tratamiento.
En un estudio previo realizado en Estados Unidos, se evaluó el balance coste-efectividad del tratamiento con tafamidios en la amiloidosis cardíaca. Los resultados recomendaron una reducción del 92,6% en el precio para equipararlo a los umbrales estándar de coste-efectividad recomendables. En este sentido, a raíz de una nueva regulación aprobada en 2022, a partir de 2026, MEDICARE, la principal proveedora de presupuesto para el pago de los fármacos prescritos en Estados Unidos, tendrá la autoridad de negociar el precio de varios fármacos seleccionados.
El desarrollo acelerado, el elevado precio o la designación de medicamentos huérfanos complican la labor reguladora de las agencias. Las nuevas estrategias reguladoras pueden aportar un beneficio en la seguridad y eficacia de los tratamientos utilizados en los pacientes, así como mantener la equidad y sostenibilidad de unos sistemas sanitarios cada vez más deficitarios y sobrepasados.

Adrià Domingo-Carnicé

R3 Farmacologia Clínica

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Aspirina en la tromboprofilaxis de fracturas de extremidades.

Las guías actuales de tratamiento recomiendan una heparina de bajo peso molecular en la tromboprofilaxis de pacientes con fracturas de extremidades o pélvicas. Según los resultados de este estudio, la tromboprofilaxis con aspirina se mostró no inferior a enoxaparina para prevenir la mortalidad.

En este ensayo clínico pragmático de no inferioridad se incluyeron 12.211 pacientes mayores de 18 años cuya fractura de extremidad hubiera requerido cirugía o con una fractura pélvica o acetabular con o sin cirugía. Los pacientes se aleatorizaron a enoxaparina 30mg/12h (n=6.110) o aspirina 81mg/12h (n=6.101) durante el ingreso. Posteriormente la duración de la profilaxis fue la establecida por el protocolo de cada centro. La variable principal fue la mortalidad a los 90 días, estableciéndose como margen de no inferioridad una diferencia del 0,75%. También se evaluaron el embolismo pulmonar no mortal, la trombosis venosa profunda y las complicaciones hemorrágicas.

Los resultados mostraron a una población con una media de edad de 47 años y un 62,3% de hombres. La aspirina se mostró no inferior a la enoxaparina al prevenir la muerte por cualquier causa. A los 90 días hubo 47 (0,78%) fallecidos en el grupo con aspirina y 45 (0,73%) en el grupo con enoxaparina.
Se produjeron 90 embolismos pulmonares a los 90 días en ambos grupos (1,49% en cada grupo). La mayoría se produjeron en los primeros 7 días de tratamiento. En la incidencia de trombosis venosa profunda se observó una diferencia pero que no fue significativa.(2,51% en el grupo aspirina y1,71% en el grupo heparina [diferencia 0,80; IC95% 0,28-1, 31]). Por lo que respecta a las complicaciones hemorrágicas tampoco se observaron diferencias entre los grupos.


Éste no es el primer ensayo que compara la eficacia de estos dos tratamientos, pero las características de este estudio lo hacen relevante. Tal y como considera el editorial que lo acompaña, se trata de un estudio que incluye a más de 12.000 pacientes en condiciones similares a la práctica clínica. La aspirina es un medicamento con muchos años de experiencia de uso, una administración cómoda y un bajo coste. Aunque no pueden obviarse los resultados obtenidos para la trombosis venosa profunda, con estos datos parece claro que la aspirina debe considerarse una opción válida para pacientes con ciertas lesiones traumáticas. Y en un futuro quizás se tendrá que evaluar su papel en la profilaxis en otros grupos de pacientes.

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Gabapentinoides fuera de ficha técnica: ¿Es necesaria una estrategia de desprescripción?

La gabapentina y la pregabalina son los dos gabapentinoides actualmente comercializados en España que están indicados para el tratamiento de la epilepsia, el dolor neuropático periférico, la neuropatía diabética y la neuralgia postherpética. La pregabalina tiene también indicación en el tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada.

Su uso en los últimos años ha aumentado de forma exponencial. Desde la Agencia Española de Medicamentos (AEMPS), se destaca el uso de estos fármacos en indicaciones distintas a las autorizadas como la fibromialgia, la migraña, el dolor lumbar, o el síndrome de piernas inquietas. Se plantea que esta elevada prevalencia de uso podría obedecer a estrategias de reducción en la utilización de otros grupos como los opiáceos en el dolor crónico o las benzodiacepinas. Sea cual sea la causa, el uso de gabapentinoides en indicaciones no autorizadas expone a los pacientes a unos medicamentos con pruebas limitadas sobre su eficacia y a los riesgos asociados a una sobreutilización.

Los autores de este estudio se plantearon evaluar la adecuación de los tratamientos con gabapentina y pregabalina en las indicaciones autorizadas, analizar su uso en las no autorizadas e identificar a los pacientes con mayor riesgo de sufrir depresión respiratoria con estos fármacos.

Se llevó a cabo un estudio observacional retrospectivo que incluyó a 9.778 pacientes en tratamiento con gabapentina o pregabalina durante el primer bimestre de 2020 en Navarra.

Los resultados mostraron que gabapentina y pregabalina se prescribieron para indicaciones no autorizadas en más del 56% de los casos. La media de edad de los pacientes fue de 67 años y un 61% eran mujeres. El 60% tomaba de forma simultánea al menos un depresor del sistema nervioso central (SNC), el 33% algún opiáceo, el 20% opiáceos combinados con depresores del SNC y el 4% algún antihistamínico. El 11% tenía el diagnóstico de asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Estas prevalencias se vieron constantes durante el resto del año.

Los autores concluyeron que es necesario implementar estrategias de desprescripción de gabapentinoides para adecuar su uso y disminuir los problemas de toxicidad. Respecto a estos riesgos, un análisis sobre uso de pregabalina y riesgo de dependencia sugería que cuando la pregabalina, por ejemplo, se toma asociada a hipnosedantes, antidepresivos, antipsicóticos o analgésicos opiáceos, existe la posibilidad de un incremento del riesgo de disminución del estado de alerta, somnolencia, caída y fractura. Aunque en 2019 la FDA emitió una alerta informando del aumento del riesgo de depresión respiratoria en pacientes a tratamiento con gabapentinoides y depresores del SNC, este estudio muestra una alta prevalencia de uso de esta combinación, con el problema de seguridad que esto supone. Además, hay que tener presente que la población más expuesta a estos grupos de medicamentos suele ser la más susceptible de sufrir sus adversos efectos.

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