Efectos adversos gastrointestinales asociados a agonistas GLP-1. Nuevos datos.

Los agonistas del péptido similar al glucagón 1 (GLP-1) son medicamentos aprobados para el tratamiento de la diabetes tipo 2 que han adquirido una gran popularidad los últimos años, y cuyo uso se ha incrementado en otras patologías como la obesidad por su efecto sobre la pérdida de peso.

Investigadores de la Universidad de Columbia Británica realizaron un estudio de cohortes con datos extraídos de una base de datos de EEUU. El objetivo del estudio fue determinar la tasa de incidencia de efectos adversos gastrointestinales incluidas pancreatitis, gastroparesia, obstrucción intestinal y enfermedad biliar en los pacientes tratados con agonistas de GLP-1 comparado con la combinación bupropión-naltrexona. Se incluyeron pacientes con obesidad que iniciaron semaglutida y liraglutida; se excluyeron pacientes con diagnóstico de diabetes o uso de antidiabéticos. Se realizó un seguimiento desde la primera prescripción del fármaco hasta la aparición de efectos adversos en los que se excluyeron enfermedades gastrointestinales secundarias a obstrucción de otras etiologías, o por otros fármacos. Se analizaron 4.144 pacientes que recibieron liraglutida, 613 pacientes que recibieron semaglutida y 654 la combinación de bupropión-naltrexona.

Los resultados mostraron una edad media entre los 45 y 53 años, y un porcentaje de hombres entre el 61 y el 81%. La incidencia de enfermedad biliar (por 1.000 personas/año) fue de 11,7 para semaglutida, 18,6 para liraglutida y 12,6 para la combinación bupropión-naltrexona. Para la pancreatitis se vieron incidencias del 4,6, 7,9 y 1, respectivamente. Se determinó que el uso de agonistas de GLP-1 se asoció con un mayor riesgo de pancreatitis (HR 9,09 [IC 95 %, 1,25-66]), obstrucción intestinal (HR 4,22 [IC 95 %, 1,02-17,4]) y gastroparesia (HR, 3,67 [IC 95%, 1,15-11,9]) pero no enfermedad biliar (HR 1,50 [IC del 95%, 0,89-2,53]) en comparación con bupropión-naltrexona.

En este contexto, dado que se trata de fármacos cada vez más utilizados en pacientes con obesidad, la evidencia creciente de unos riesgos asociados que pueden ser graves, obliga a considerar en cada caso, valorar la relación riesgo-beneficio a la hora de prescribir dichos medicamentos. Se recomienda, además informar a pacientes de los posibles eventos adversos para que en caso de síntomas acudan con su médico.

Aida Giraldo

R3 Farmacología Clínica

Hospital Universitari Bellvitge

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