En el último número del Butlletí de Farmacovigilància de Catalunya se revisan los riesgos de los análogos del GLP-1 (ARGLP-1). Hablamos de un grupo de fármacos que últimamente han sido motivo de controversia en relación con una sobreutilización en grupos de población y condiciones diferentes a las autorizadas.
Aparte del riesgo de desabastecimiento por una sobreutilización en indicaciones no autorizadas, también debe considerarse que este «mal uso» puede conducir a un aumento de los riesgos asociados.
Os resumimos algunas de las partes del Boletín que hemos considerado más relevantes:
Actualmente, el grupo de ARGLP-1 lo forman cinco principios activos: semaglutida, dulaglutida, liraglutida, lixisenatida y exenatida. Estos medicamentos se utilizan para tratar la diabetes mellitus de tipo 2. Sólo determinadas especialidades de liraglutida y semaglutida están autorizadas en el tratamiento de la obesidad, con unas condiciones de autorización y financiación muy específicas. Estos medicamentos requieren receta médica para su dispensación en la farmacia y, además, necesitan validación sanitaria para su financiación.
La creciente demanda de estos medicamentos por usos distintos a los autorizados ha acabado provocando una situación de desabastecimiento que ha obligado a pacientes diabéticos a modificar el tratamiento.
Por lo general, el perfil de efectos adversos de todos los ARGLP-1 es comparable y las reacciones adversas más frecuentes son las gastrointestinales —náuseas, vómitos, diarreas y estreñimiento—, que se han relacionado con la activación de los receptores GLP-1 centrales y periféricos, y con el retraso del vaciamiento gástrico.
Se desconoce la seguridad de estos fármacos a largo plazo, sobre todo en pacientes no diabéticos, por lo que es importante utilizarlos únicamente en las indicaciones aprobadas. El Plan de gestión de riesgos de la Agencia Europea del Medicamento incluye las neoplasias de páncreas y tiroides como riesgos potenciales y las complicaciones de la retinopatía diabética como importantes riesgos identificados. Para detectar las reacciones adversas a los medicamentos de este grupo farmacológico se recomienda realizar un seguimiento de los pacientes antes y durante el tratamiento, especialmente renal, hepático y oftalmológico.