Durante el año 2024 se han recibido directamente en el CFVCat 2.269 casos de sospechas de RAM, la mayoría de los cuales han sido notificadas por profesionales sanitarios del ámbito hospitalario, sobre todo médicos. Los pacientes afectados han sido mayoritariamente mujeres adultas. Un 63,4% fueron casos graves, y en un 2,1% de los casos la reacción adversa causó o contribuyó a la muerte del paciente. Las reacciones adversas más frecuentemente notificadas, que representan el 50% de las reacciones notificadas, han sido los trastornos generales y en el lugar de administración, las reacciones cutáneas, los trastornos gastrointestinales y los trastornos neurológicos. Los datos obtenidos en Cataluña están incluidos en el Informe Anual del SEFV-H publicado por la AEMPS«.
Estas son las cifras que se han presentado en el último número del Boletín de Farmacovigilancia de Cataluña que os mostramos en esta entrada. Nos parece de máxima relevancia proporcionar información actualizada sobre cuestiones de seguridad de los medicamentos y sobre el impacto de la notificación espontánea en el perfil de seguridad de los fármacos comercializados en nuestro entorno.

El papel que juega la notificación espontánea y la Tarjeta Amarilla es vital para contribuir a la Farmacovigilancia. En este sentido, el profesional sanitario de cualquier ámbito tiene el deber legal y moral de notificar cualquier sospecha de reacción adversa en sus pacientes. Solo la práctica clínica y los sistemas de detección permiten identificar riesgos previamente desconocidos y que en determinados casos pueden ser graves. Desde los centros de atención primaria o los hospitales, la tarea de detección y notificación resulta fundamental para enriquecer el conjunto de información de los sistemas sanitarios. Al final, se trata de contribui
