Se sabe que diversos fármacos pueden provocar una hiperglucemia en pacientes no diabéticos, descompensar una diabetes existente o provocar una diabetes. Tal como ya se revisaba en un Butlletí de Farmacovigilància de Catalunya, se han descrito hiperglucemias con corticoides, antipsicóticos atípicos, antirretrovirales, antineoplásicos, algunos antihipertensivos y contraceptivos orales, entre otros. Los glucocorticoides aumentan la resistencia a la insulina al inducir la gluconeogénesis hepática. La hiperglucemia por corticoides es muy frecuente, a veces grave, sobre todo por vía oral e inyectable; depende de la dosis, la duración del tratamiento y de la vía de administración.
Según los resultados del análisis de dos cohortes europeas (Andersen et al, Diabetes Care 2019), este riesgo también aparece con las formas de aplicación tópica y parece más elevado con los de alta potencia (clobetasol) y en exposiciones prolongadas.
Se examinaron las bases de datos sanitarias nacionales de Dinamarca y otras bases de datos del Reino Unido.
En dos estudios de casos y controles realizados en estos países, la exposición a corticoides tópicos se asoció a un aumento del riesgo de diabetes de tipo 2 de alrededor de un 25% (OR 1,25 [IC 95% 1 , 23 a 1,28]) en Dinamarca y OR 1,27 [IC 95% 1,23-1,31] en el Reino Unido).
En un estudio de cohortes en Dinamarca (con 2.689.473 de participantes), las tasas de incidencia de diabetes de tipo 2 fueron más elevadas en los expuestos comparados con los no expuestos. El ajuste por posibles factores de confusión no eliminó esta diferencia aunque la redujo. Se observó una asociación con la exposición prolongada y los corticoides de potencia más elevada.
Ante la aparición de una hiperglucemia, no debe olvidarse de valorar el papel de los fármacos que toma el paciente por vía sistémica y también por vía tópica.