El tratamiento con estatinas se ha asociado con un aumento de la resistencia a la insulina. Los resultados de varios estudios observacionales han sugerido que aumentan el riesgo de diabetes (Sattar et al, Carter et al, Ahmadizar et al, Yoon et al, Naci et al).
Ya en el año 2012 la FDA alertó sobre este riesgo. El riesgo es más alto en pacientes de edad avanzada, los que reciben dosis más altas y los que reciben estatinas de alta potencia. Aunque el incremento del riesgo sea pequeño en términos absolutos, el impacto sanitario potencial es importante, dada la gran cantidad de personas que toman estatinas. Según el Observatorio de uso de medicamentos de la AEMPS, los últimos 10 años en España, el uso de estatinas se ha incrementado un 40%.
Pese a estos datos, se desconocen las implicaciones clínicas del uso de estatinas para el control de la enfermedad en pacientes que ya tienen un diagnóstico de diabetes.
Se acaba de publicar un estudio observacional que tuvo como objetivo evaluar la progresión de la diabetes después del inicio de uso de una estatina en pacientes diabéticos. Se trata de un estudio de cohortes llevado a cabo con datos del Department of Veterans Affairs de Estados Unidos entre los años 2003 a 2015. Se incluyeron más de 160.000 pacientes de 30 años o más, con diagnóstico de diabetes durante el período de estudio; se recogió información demográfica, datos clínicos y de laboratorio, y uso de medicamentos.
La variable fue una combinada de progresión de la diabetes, incluyendo nuevo inicio de tratamiento con insulina, aumento del número de medicamentos hipoglucemiantes, incidencia de 5 o más medidas de glucemia de 200 mg / dL o más, o un nuevo diagnóstico de cetoacidosis o diabetes no controlada. Se comparó el grupo de pacientes que iniciaban tratamiento con estatinas durante el período de estudio con un grupo control sin exposición a estos medicamentos.
La variable progresión de la diabetes se observó en un 55,9% de los usuarios de estatinas comparado con el 48% del grupo control (OR 1,37; IC95% 1,35-1,40). Esta diferencia se obtuvo para cada componente de la variable combinada. Se observó una relación dosis respuesta entre las cifras de LDL y una mayor progresión de la diabetes.
El efecto preventivo cardiovascular de las estatinas depende del riesgo cardiovascular de cada persona. Los efectos indeseados, en cambio, tienen la misma incidencia y gravedad, independientemente de este riesgo. Por lo tanto, la relación beneficio-riesgo es más favorable en pacientes de alto riesgo cardiovascular. Según los autores, estos datos obligan a considerar los efectos metabólicos de las estatinas a la hora de determinar su relación riesgo-beneficio.