Los resultados de los estudios EMPA-REG, CANVAS y DECLARE-TIMI58 con empagliflozina, canagliflozina y dapagliflozina en pacientes con diabetes mostraron una disminución de la hospitalización por insuficiencia cardíaca (ICC) y de la mortalidad cardiovascular en los pacientes tratados. Estos estudios tienen su origen en la exigencia de las autoridades reguladoras que los nuevos antidiabéticos demuestren su seguridad cardiovascular.
Dado que el efecto sobre la ICC se vio independiente de la reducción de las concentraciones de glucosa, se planteó que estos fármacos podrían ofrecer un beneficio en pacientes con ICC y una fracción de eyección (FE) reducida.
El ensayo DAPA-HF es un ensayo clínico promovido por Astra-Zeneca. Se incluyeron 4.744 pacientes con ICC de clase II o superior de la NYHA y FE≤40%. Los pacientes se aleatorizaron a dapagliflozina 10 mg o placebo, añadidos al tratamiento de base. La variable principal fue una combinada de empeoramiento de la ICC (ingreso o necesidad de atención a urgencias con tratamiento intravenoso) o muerte de origen cardiovascular.
Los pacientes tenían una media de edad de 66 años. Un 23% eran mujeres. Más de un 90% recibían tratamiento con un diurético y un bloqueador beta-adrenérgico. Tras un seguimiento de 18,2 meses, la incidencia de la variable principal fue de un 16% en el grupo dapagliflozina, comparado con un 21% en el grupo placebo (HR = 0,74 [IC 95%, 0,65-0,85]). Estas diferencias se observaron por cada uno de los componentes de la variable principal. La presencia o ausencia de diabetes no modificó los resultados.
No se encontraron diferencias en la incidencia de efectos adversos como depleción de volumen, afectación renal e hipoglucemia.
Según el editorial acompañante, aunque los resultados generales del ensayo DAPA-HF son convincentes, habrá que aclarar varias cuestiones como el efecto en pacientes con las formas más graves de ICC, en las mujeres, o en pacientes con fibrilación auricular. Por otra parte, no se conocen las dosis utilizadas en los tratamientos de base que llevaban los pacientes y por tanto, no conocemos la magnitud real del efecto de la dapagliflozina.
No hay que olvidar que la dapagliflozina es un fármaco que no se ha desarrollado en esta indicación. Aunque estos resultados confirman los hallazgos de los estudios previos, no permiten clarificar si estos fármacos se pueden incorporar a la práctica clínica. Al final, quizás tampoco se trate de añadir medicamentos a una población sobretratada, sino saber seleccionar los que son realmente efectivos y determinar qué subgrupos de pacientes se pueden beneficiar más.