El uso de antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) e inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN)) en pacientes a partir de los 65 años es frecuente. En este grupo de población se prefieren éstos a los tricíclicos debido a un mejor perfil de toxicidad. Sin embargo, se ha visto que su uso se asocia a un aumento del riesgo de hemorragias. Se sugiere que los antidepresivos ISRS inhiben la captación y almacenamiento de la serotonina por la plaqueta. La serotonina se encuentra normalmente en unos gránulos intraplaquetarios y cuando se desencadena la hemostasia es liberada y estimula la agregación plaquetaria. La acción de los ISRS daría lugar a disfunción plaquetaria.
En un estudio de casos y controles que se publica en un número reciente de la revista Drug Safety se examinó el riesgo de ictus hemorrágico asociado al consumo de diferentes tipos de antidepresivos en personas de edad avanzada.
Se incluyeron 4.059 casos y 40.050 controles. En comparación con la exposición a antidepresivos tricíclicos y tetracíclicos (amitriptilina, clomipramina, imipramina, maprotilina, nortriptilina, opipramol, trimipramina), los valores de OR fueron de 3,81 (IC95%, 1,54-9,43) para los inhibidores de la recaptación de noradrenalina (reboxetina), 1,69 (IC95%, 1,35-2,11) para los IRSN (duloxetina, venlafaxina, mianserina, mirtazapina) y 1,39 (IC95%, 1,22-1,58) para los ISRS (citalopram, escitalopram, fluoxetina, fluvoxamina, paroxetina y sertralina). No se observó un aumento del riesgo con los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO; moclobemida, tranilcipromina).
Los fármacos de mayor riesgo fueron nortriptilina, reboxetina (OR=3), maprotilina, clomipramina, imipramina, venlafaxina y escitalopram (OR>2).
En pacientes mayores de 65 años es frecuente el uso simultáneo de antidepresivos con otros fármacos como los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) o los anticoagulantes. El uso concomitante puede aumentar hasta 15 veces el riesgo de hemorragia intracraneal, según los resultados los estudios publicados (BMJ 2015;351:h3517, JAMA Neurol 2017;74:173-180).
Estos hallazgos merecen especial atención, porque en estos grupos de edad, las situaciones que requieren un AINE o un anticoagulante y un antidepresivo son muy frecuentes. Por tanto, habría que extremar las precauciones y la vigilancia cuando se prescriben ambos grupos de fármacos, por separado o de manera concomitante.