Existe poco consenso sobre el uso de estatinas para la prevención primaria de enfermedades
cardiovasculares (ECV) y la mortalidad por todas las causas en adultos de 75 o más años debido a la infrarrepresentación de esta población en ensayosclínicos. Las guías de la European Society of Cardiology, la European Atherosclerosi Society y la U.S. Preventive Services Task Force, excluyen recomendaciones específicas para el uso de estatinas en mayores de 75 años y sobre todo en prevención primaria en este grupo de edad. Uno de los aspectos de debate se centra en los riesgos de miopatías y hepatopatías en el paciente anciano frágil.
El estudio de Xu et al. analizó los beneficios y los riesgos del uso de estatinas para la prevención
primaria en adultos de edad avanzada (de 75 a 84 años) y muy ancianos (≥85 años). Se emuló un ensayo secuencial comparando dos cohortes pareadas, una que inicia tratamiento con estatinas respecto a una en la que no inician el tratamiento. La información se recogió a partir de los registros médicos electrónicos públicos poblacionales en Hong Kong. Se incluyeron a individuos de 75 años o más que cumplieron con indicaciones para el inicio de estatinas, desde enero de 2008 hasta diciembre de 2015. El seguimiento fue de 5 años.
Los resultados mostraron que en el grupo de 75 a 84 años, el inicio de tratamiento con estatinas se asoció a una reducción del riesgo de nuevo diagnóstico de ECV [HR = 0,94 (IC 95%: 0,90- 0,98). En los pacientes mayores de 85 años, las reducciones del riesgo fueron HR=0,85 (IC 95%: 0,77-0,94). Únicamente para la variable ictus, la reducción del riesgo en el grupo de pacientes entre 75-84 no alcanzó la significación estadística [HR = 1,0 (IC 95%: 0,94-1,05)]. No se observaron riesgos significativamente mayores de miopatías y disfunción hepática en ambos grupos de edad.
La enfermedad cardiovascular (CV) sigue siendo la principal causa de muerte y la prevalencia aumenta con la edad. El grupo de mayor riesgo son los pacientes ancianos. Las estatinas se consideran el tratamiento de primera elección en prevención cardiovascular. En prevención secundaria, las guías recomiendan de forma clara su uso en los mayores de 75 años. En prevención primaria, las recomendaciones en este grupo no están tan claras. Hasta ahora los datos actuales indican que se puede plantear un inicio de tratamiento para mayores de 75 años con factores de riesgo CV y buena expectativa de vida. El único ensayo clínico realizado en pacientes ancianos, entre 70 y 82 años, es el ensayo PROSPER, en el que pravastatina 40 mg/día mostró una reducción de la variable combinada de mortalidad CV, IAM mortal y no mortal, e ictus mortal y no mortal, comparado con placebo. Sin embargo, en la variable secundaria de ictus no mortal e ictus mortal no se hallaron diferencias estadísticamente significativas. El mismo resultado se observó en un análisis posthoc del ensayo ALLHAT-LLT. Pravastatina 40 mg al día no mostró beneficios en mortalidad por cualquier causa ni en eventos coronarios en pacientes sin enfermedad CV al inicio, ni en los de 65-74 años, ni en mayores de 75 años.
Es necesario establecer la relación entre el beneficio y el riesgo y adaptarlo a la esperanza de vida del paciente ya los factores asociados de fragilidad. Son necesarios ensayos clínicos diseñados específicamente en esta población que permitan clarificar la relación beneficio/riesgo de estos fármacos en prevención primaria cardiovascular.