El papel de la contaminación ambiental en la evolución de la ELA

La contaminación, y en concreto los niveles de plomo en el aire, tienen un papel importante en la evolución de la ELA en personas con una predisposición genética. Esta es una de las principales conclusiones del trabajo de investigación que ha llevado a cabo un equipo de investigadores de la Universidad de Cantabria y el Hospital Marqués de Valdecillas de Santander.

Este equipo, encabezado por Ana Santurtún y Javier Riancho, ha logrado traducir su trabajo en un mapa de la distribución de la mortalidad de la ELA en España entre los años 2000 y 2013. El mapa constata como el País Vasco, Navarra y la provincia de Soria registran un 30% más de mortalidad que las comunidades situadas más al sur de la península. El estudio cruza los datos de la mortalidad provocada por la enfermedad en un periodo de 13 años (2000-2013), un total de 11.355 personas, con otros que hacen referencia a la presencia de partículas de plomo en el aire, facilitados por el Ministerio de Medio Ambiente. El resultado permite apuntar la relación entre una mayor contaminación ambiental por plomo y los casos de ELA, aunque por ahora no es posible establecer una relación causal directa.

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El trabajo de los investigadores, que ha sido publicado por la revista Neurological Sciences, estudiará a partir de ahora la incidencia de la ELA en relación con otros contaminantes ambientales para desarrollar posteriormente modelos experimentales con animales.

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Se trata de un estudio interesante, en el que los investigadores recogieron los casos de mortalidad en toda España entre los años 2000 y 2013 y observaron que hay diferencias entre cada comunidad en relación a la cantidad de casos que se diagnostican anualmente.

Es importante recalcar de cara a la comunidad de pacientes y de cuidadores que se trata de un estudio epidemiológico que en ningún caso establece una relación de causalidad entre los niveles de plomo y el desarrollo de ELA, pero si refuerza la idea ya conocida que diversos factores medioambientales pueden jugar un papel junto con factores genéticos y propios del paciente en el desarrollo de la enfermedad.

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