La semana pasada se hizo público un trabajo de la Western University de Londres (Canadá) que amplía el conocimiento de los procesos de acumulación de la proteína TDP-43 en las neuronas motoras, determinantes en la aparición y evolución del ELA.
El estudio del equipo encabezado por el Dr. Michael Strong ha comprobado en cultivos de laboratorio y modelos animales (moscas de la fruta y ratones) que la interacción entre la proteína TDP-43 y un fragmento de otra proteína, el RGNEF, puede mitigar la acumulación tóxica de la primera que acaba ocasionando la muerte de la célula. Tal y como explica la Dra. Mònica Povedano, coordinadora de la Unidad Funcional de Enfermedad de Motoneurona del Servicio de Neurología del Hospital Universitario de Bellvitge (HUB), “estamos ante un avance científico que nos permitirá conocer mejor los mecanismos ligados a la neurodegeneración, pero se debe valorar con mucha cautela por no crear falsas expectativas entre los pacientes y familiares”.
La Dra. Povedano hace énfasis en este aspecto ante la forma en que el trabajo de la universidad canadiense ha sido recogido por algunos medios de comunicación, que se referían a la posibilidad de contar a medio plazo con un cuidado para la ELA. Hoy por hoy el gran objetivo de cientos de investigadores de todo el mundo es encontrar el tratamiento que permita ralentizar la evolución de la ELA hasta llegar a cronificarla, porque revertir sus efectos no parece posible. «Debemos difundir los avances entre todos, pero siendo muy conscientes de transmitir mensajes correctos, bien interpretados y realistas».
Aquí podéis leer el artículo de la Western University publicado en Brain
En esta línea, el Dr. Javier Mascias, coordinador de la Unidad Multidisciplinaria de ELA en el Hospital de La Paz de Madrid, remitió una carta al director de uno de los medios que ha recogido la noticia en la que destaca que “es importante recordar que el proceso de investigación médica es complejo y requiere rigurosidad científica. Los resultados preliminares deben ser interpretados con cautela y contextualizados adecuadamente para evitar malentendidos y desinformación”.