La Unidad Funcional de Motoneurona del Hospital Universitario de Bellvitge estará presente en el nuevo máster de Neurogastronomia que la Universidad de Barcelona pone en marcha el próximo mes de septiembre en su Campus de la Alimentación de Torribera. La Dra. Mónica Povedano, responsable de la unidad, formará parte del profesorado del máster, que pretende ayudar a entender las relaciones entre el cerebro y la ingesta de alimentos. Así, el postgrado profundizará en la interacción entre gastronomía y las neurociencias, ofreciendo una comprensión sólida de la evolución histórica de la neurogastronomia, el conocimiento de las diferentes tendencias o una visión general de la percepción neuronal de los productos alimenticios crudos y elaborados.
En un extenso artículo publicado en La Vanguardia hace pocos días, la Dra. Povedano explicaba como el cerebro, tanto en sus áreas sensoriales como emocionales, participa en el placer de comer, «pero la enfermedad lo altera. El mundo de la gastronomía debe conocer todos los obstáculos que se deben superar para que la comida sea placentera y deseable para jóvenes, ancianos, sanos, enfermos …». En esta línea, la contribución de la Unidad de Motoneurona de Bellvitge se enfocará a la comprensión de la importancia de la gastronomía para mantener una nutrición correcta en pacientes que pueden estar afectados de disfagia, como en el caso de la ELA.
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En el mismo artículo, la Dra. Povedano afirma que «existen enfermedades neurológicas en que, ya sea por la disfagia, la apatía o la alteración emocional que se produce, se puede registrar una pérdida del gusto y el placer para comer, y en muchas de ellas la nutrición es un factor clave de la supervivencia.
La nutrición es una de las líneas de trabajo fundamentales de la Unidad en el Hospital de Bellvitge. El cambio de textura, la mejora de la carga calórica de las comidas y la lucha contra la pérdida de la comida como actividad que también proporciona placer son factores fundamentales en el trabajo de las nutricionistas de la Unidad, que además ha colaborado en iniciativas pioneras como la guía «Con gusto», impulsada por la Fundación Luzón, y que adapta una serie de recetas para las personas con problemas de deglución.
De esta forma, la neurogastronomia puede mejorar la experiencia de un gourmet ya la vez resolver los problemas de nutrición de pacientes con enfermedades que provoquen una pérdida del gusto y que rechazan comer porque no obtienen ningún tipo de placer.